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Trolls y haters. El derecho a la libre expresión y no discriminación

 

 

Por Yoanka Rodney

 

Por problemas de seguridad, ya que he sido agredida en las redes sociales, no atenderé más Facebook” … “un hombre se obsesionó conmigo…cuando lo bloqueé,hackeó mi perfil personal y una página llamada Historia de la Vida, donde compartía historias reales, solo cambiando los nombres. Lo denuncié, me hice cuentas nuevas y la restringí…pero tiene muchos perfiles y aún intenta comunicarse conmigo”

Kira Romero (Tomado de IPS, 2 de octubre 2019)

A inicios de octubre del pasado año, la agencia de noticias IPS relataba bajo el título La violencia en internet alcanza ya a las mujeres cubanas, un artículo que envía un mensaje claro:la necesidad de estudiar con urgencia y empoderar a las mujeres cubanas contra la violencia machista. El escrito hace referencia a la decisión de la emprendedora Kira Romero de abandonar Facebook por ser víctima de continuas agresiones, después de hacer público su proyecto Firdaus, primer bazar para musulmanas en Cuba.

El testimonio anterior es el drama de muchas mujeres con nombres y rostros que deciden ser emprendedoras y abrirse espacios en las redes sociales. Al defender sus sueños molestan a quienes abrazan el patriarcado y como resultado son víctimas de diversos tipos de violencias que se propaga mediante las redes sociales.

Sin duda alguna, las redes sociales contribuyen a difundir hechos y datos, articulan relaciones que complementan y ocasionalmente reemplazan al trato presencial. Estos sitios ofrecen a grupos e instituciones de toda índole la posibilidad de promover sus intereses. El acceso abierto, el empleo del anonimato, la ausencia de filtros para los mensajes que circulan en ellas son virtudes que afianzan la libertad de expresión en las redes sociodigitales. Pero esos atributos, al mismo tiempo, favorecen la propagación de banalidades, mensajes de odio e intolerancia[1]

En la misma medida en que la comunicación en línea posibilita la reflexión, el debate e incluso la polémica, también propaga prácticas que en reiteradas ocasiones ponen de relieve el complejo encuentro de los procesos de discriminación con el derecho a la libre expresión. La tecnología digital conecta todo tipo de comportamientos, entre ellos, los que manifiestan constantemente conductas hostiles, calificadas en muchos casos como trolling (propagación en línea de insultos y amenazas de usuarios que suben contenidos polémicos derivados en comentarios afectivos) o hating (contenidos cargados de una animadversión explícita, generalmente dirigida contra una persona o sector social con la finalidad de intimidar)[2]

Los trolls y haters atacan a periodistas, políticos, deportistas, personas famosas y otras no tanto. Por ello también son blanco de sus improperios mujeres investigadoras, blogueras feministas, mujeres del arte, periodistas, en fin, mujeres que se dedican a temas de género, sexualidad, violencia de género, en sus muros de Facebook o Twitter. Trolls y haters suelen ser provocadores anónimos o con identidades falsas. Aunque vale reconocer que no todos los que ejercen el trolling o el hating lo hacen desde el anonimato y el engaño, y, en ocasiones, cualquier persona puede indistintamente en un momento determinado comportarse como uno u otro.

Un troll es una persona que, mediante comentarios, insultos, fotos que expresan odio, prejuicio o cualquier mensaje desagradable, simplemente producto de una reacción emocional desmedida, quizás para llamar la atención o hacerse notar, puede causar enfrentamientos personales o grupales rápidamente, así como destruir la reputación de alguien en cuestión de minutos con sus acciones y actitudes[3]. Su función es reclamar la atención o la de imponer un tema y su modo de pesar. No les importa lo que dicen, ni las reacciones que puedan provocar en la víctima, sólo quiere “brillar” por un momento resaltando cosas negativas. Mientras más personas les hacen caso, más felicidad para ellos. Por su parte, un hater considera que lo que expone es verídico y utiliza diferentes formas para demostrarlo, aunque esté equivocado. Sus injurias y difamaciones pueden ser bien lesivos e hirientes.

Otro ejemplo de este tipo de agravio lo encontramos en el artículo Misoginia y sexismo en el ataque a las ciencias sociales. En el mismo, Elizalde[4] hace referencia a los ataques misóginos, sexistas y violentos en términos de género, de los comentarios lanzados por los trolls a distintas mujeres investigadoras que se dedican a temas de género y sexualidad desde disciplinas sociales. Al respecto, comparte lo planteado por “Muticia Ayelén Huenchupan”, en el muro de una compañera que investigó las dinámicas de apropiación de la música romántica y, antes, de la cumbia, por parte de sus fans femeninas –quien escribió– “Por qué las mujeres son tan Tontas?(sic) Atrasan la ciencia con algo que no impacta ni modifica en nada, creen que esto es ciencia? Esto parece lo que yo hacía a mis 7 años jugando a ser investigadora de hojas de árboles”.

Para Elizalde la preocupación, pues, por dar cuenta de las condiciones no sólo históricas sino actualizadas de funcionamiento del sexismo y de la misoginia (entendida como desprecio u odio hacia las mujeres, lo femenino y/o lo culturalmente feminizado) encuentra renovadas razones ante las afrentas acometidas contra las investigadoras mujeres y, con especial saña, contra quienes trabajan temas asociados a los géneros y las sexualidades. Señala además que estas actividades “se inscribe en el tipo de acciones que responden a una específica política de ataque y/o persecución con fines político-ideológicos bien concretos (…) estas agresiones buscan aleccionar al respecto de la “futilidad”, la “irrelevancia” y la “ilegitimidad” de producir evidencia empírica y reflexión teórica sobre ciertas prácticas culturales.

En la situación aquí analizada, las aseveraciones peyorativas y sexistas contra investigadoras del campo de los estudios de género y sexualidades funcionan habilitando y reforzando el control, la estigmatización y la sanción pública sobre ellas, en tanto medidas “aleccionadoras” ante sus “desvíos” o atrevimientos investigativos.

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[1] Trejo Delarbre, R. “En el prejuicio y la palabra: los derechos a la libre expresión y a la no discriminación en contraste”. En: Jesús Rodríguez Zepeda y Teresa González Luna Corvera. 2018. Consejo nacional para prevenir la discriminación.

[2] Donath, 1999; Dhalberg, 2001; Hardacker, 2010; Rafferty, 2011; MacKinnon y Zuckerman, 2012; Markey, 2013; Bishop, 2013; Reagle, 2015; Barredo I., D. et. al 2018; Trejo D, R. 2018

[3] Barredo Ibáñez, D.; Cunha, M. R. & Hidalgo Toledo, J. (Eds.) (2019)

[4] Elizalde, S. (2016) en su artículo Misoginia y sexismo en el ataque a las ciencias sociales

 

Este post expresa el punto de vista de su autora.
Texto escrito especialmente para la sección Bullying & Arte. Se prohíbe su reproducción en cualquier medio o formato sin la autorización expresa de la autora y Circuito Líquido.
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Conoce + sobre las violencias de género en líneas

Mobbing en el mundo del arte + Testimonios y Test

¿Cómo viven situaciones de mobbing quienes se desempeñan en el mundo del arte?

¿Qué hacer y dónde acudir?

Lee detenidamente el post de Yoanka + Testimonios, y hazte el Test para saber si estás o puedes estar siendo acosada/o  en tu espacio laboral. También puedes compartir tu testimonio de manera anónima si lo deseas.

yoanka-rodneyEl mobbing: La cara de una moneda

Por Yoanka Rodney

 

 

Como gestorx, curadorx, productxr… ¿Alguna vez has sentido que te quitan responsabilidades para cumplir trabajo de rutina; te asignan proyectos inalcanzables con reiterada frecuencia para demostrar tu “incapacidad” de realizar una exposición, o te retienen información significativa para desarrollar un proyecto? ¿Sientes que se burlan de tu vida privada; te maldicen o calumnian; se cuestionan constantemente tus decisiones, tus creaciones artísticas, audiovisuales; o te persiguen sexualmente hasta el cansancio? ¿Cuántas veces al día, en la semana, al mes, en el año, has sentido que ocurren estos hechos?

Si las preguntas anteriores o algunas de ellas tienen respuestas afirmativas, te recomiendo entonces no pasar por alto que estás o puedes estar siendo acosada/o  en el espacio laboral.

¿Qué es el mobbing?

En la literatura especializada se conoce como mobbing al acoso que ocurre en los espacios laborales. La palabra se deriva del verbo inglés “Tomob”, que se traduce como ser atropellado o atacado por la multitud. El término mob fue introducido por Konrad Lorenz para referirse al comportamiento agresivo de ciertos grupos de animales con el objetivo de echar a un intruso del territorio. Según Heinz Leymann en su texto Mobbing. La persecución en el trabajo. 1996: “En las sociedades de nuestro mundo occidental altamente industrializado, el lugar de trabajo constituye el último campo de batalla en el que una persona puede matar a otra sin ningún riesgo de llegar a ser procesada ante un tribuna. Para Cárdenas B, M.T y Trujillo V, N. (2007) en su texto Mobbing y Burnout: Un problema personal y laboral, el mobbing es un tipo de violencia que se expresa de diversas maneras. Tiene una alta incidencia en las mujeres, sobre todo en las que pertenecen a minorías raciales, a lo largo de su carrera laboral y en puestos relacionados con los servicios.

El psicólogo, escritor, investigador y profesor español de la universidad de Alcalá, Iñaqui Piñuel y Zabala, señala que el mobbing es una problemática longeva, que viola los derechos humanos de las víctimas, les impide asistir a los centros laborales y estar libre de la violencia psicológica de sus colegas. Es un continuo y deliberado maltrato verbal o modal que recibe un trabajador por parte de otro u otros, que se comportan cruelmente con él en vista de someterlo, reducirlo, apocarlo, amilanarlo y destruirlo psicológicamente. A la vez, puntualiza que estas actitudes de hostigamiento son recurrentes, frecuentes y sistemáticos.

Estudiosos del tema como Medina-Gómez, O. S. señala que “la OIT estima que el mobbing está presente en el 7% del ámbito laboral mundial, mientras que en algunos países de Latinoamérica se ha reportado una prevalencia entre 3.5% al 25.37% siendo el sector salud y de educación los más vulnerables” (2016).

El mobbing (acoso laboral) se puede manifestar de manera vertical u horizontal, o sea, entre pares de la misma o distinta área laboral, provocando disímiles afectaciones psicológicas que conducen en muchas ocasiones al abandono del centro laboral. Cualquier persona independientemente de su sexo,raza, identidad de género, discapacidad, lugar de residencia, puede ser víctima de mobbing, aunque existe consenso entre los investigadores al señalar que son las mujeres la población más vulnerable. Pero, independientemente de estas características demográficas otras variables como el tipo de trabajo de la víctima, del agresor y del acto de violencia en sí son importante tenerlas en consideración para poder atender y prevenir esta problemática.

¿Qué pasa en Cuba? ¿Cuáles son los desafíos y brechas existentes?

Aunque el Código de Trabajo cubano establece la obligación que tienen empleadores de velar por la integridad física, moral y psicológica de sus trabajadores “se hace necesario perfeccionar el proceso legal y los medios de prueba”, según la jurista e investigadora cubana Imbert Milán (2015). El acoso laboral es “difícil de probar debido a que no está tipificado como delito en Cuba. Se considera como “un delito de soledad, porque a veces el acosador se dirige a la víctima en privado. Pero generalmente hay un tercero que ve o evalúa y no le pone coto a esta situación”, expresa la  investigadora en entrevista ofrecida al periódico Trabajadores [1] (2018).

 

Visibilizar el tema desde las artes visuales y el audiovisual permite desnaturalizar las diversas conductas de acoso que se producen en estos espacios; y posibilita sensibilizar, compartir y denunciar el dolor de las víctimas, que queda siempre sepultado por un sentimiento que pocas veces se tiene en cuenta: la vergüenza.

A continuación comparto tres testimonios de personas vinculadas al ámbito de las artes visuales que han sufrido conductas de acoso en su espacio laboral:

 

Tengo a mi cargo diversos proyectos curatoriales durante el año. Entre mis funciones está no solo asumir el diseño del proyecto, sino la selección de artistas y redacción del texto curatorial. La dirección de la institución, desde su posición de poder, y sin justificación alguna comenzó una serie de ataques reiterados asignándole la responsabilidad de los textos curatoriales de cada uno de mis proyectos a otra persona, privándome de redactar el texto que aportaría mayor visibilidad a mi labor. Me sentí vulnerable, desmotivadx, comencé a hacerle rechazo al trabajo. Muchísimas veces he pensado en cambiar de centro laboral.”

Testimonio anónimo. Curadxr, institución artística cubana

“Cada vez que expresaba mi opinión en las reuniones sistemáticas del grupo de trabajo, conformado por gestores, productores, investigadores, curadores, directivos, para analizar la programación de expos, evaluar la nómina final, las actividades de perfil pedagógico, o establecer los calendarios, una persona integrante del grupo (siempre la misma) emitía argumentos carentes de rigor profesional con la intención de opacarme, cuestionando mis decisiones, mostrando desinterés durante mis intervenciones, hablando en voz baja con otros integrantes del grupo, con el propósito de desconcentrarme. Este tipo de acoso, motivado por competencias, celos profesionales y envidia, se ha prolongado por años.”

Testimonio anónimo. Gestxr-curadxr, institución artística cubana

«Inepta». «Eres una burra». «Te voy a pegar tres tiros». «Sólo sabes hacer manualidades». «Tú cállate. Tú cállate». Esto no es una performance de la Escuela de Arte de León. Es mobbing. Acoso psicológico en el trabajo. La víctima: una maestra vidriera. El acosador: el jefe del Departamento Didáctico de Proyectos del Ciclo de Pintura sobre Vidrio”

 

 

Marta Balmaseda,profesora Escuela de Arte de León, España

El testimonio anterior constituye una vivencia imborrable de Marta Balmaseda, una maestra jubilada de la Escuela de Arte de León por enfermedad profesional. Ella fue indemnizada después de sufrir durante nueve años «daños morales, físicos y psíquicos» por parte del jefe de su departamento.

Películas y documentales cubanos como la multipremiada Fresa y Chocolate, Estoy viva… y lo voy a contar, o el telefilme español Mobbing, son muestra de ello:

Fresa y Chocolate, de Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío, aborda entre las subtramas la situación de Diego (Jorge Perugorría), un artista que decide abandonar el país y no buscar otro empleo debido al descrédito de su capacidad profesional, la cual experimenta en su centro de trabajo y se recoge en su expediente laboral por su orientación sexual, su forma de pensar y su obra artística. Si bien la película no aborda tácitamente el mobbing, en la obra se hace alusión a la problemática en cuestión.

La realizadora Lisset Vila nos presenta a Teresa en el documental Estoy viva…y lo voy a contar. Su testimonio devela la violencia contra las mujeres al contar la vivencia angustiosa que sufrió por manifestarse en contra de una indicación de su director que ella consideró inadecuada. Esto provocó “un estado de rumor que termina en la propuesta de una sanción bastante fuerte porque era la separación definitiva de mi cargo… es algo que recibí de igual modo que se recibe una bofetada, afectó mi salud, mi estado psicológico. No se puede trabajar cuando uno está presionado emocionalmente…”

En el telefilme español Mobbing, dirigido por Sonia Sánchez, Esther, la protagonista, tiene una nueva jefa tras el fallecimiento de su antiguo director. Reyes, mujer atractiva y ambiciosa, está dispuesta a todo con tal de conseguir sus objetivos, pero tiene algo que ocultar: una estafa que su jefe descubrió antes de morir y de la que existen documentos inculpatorios. Incapaz de localizar la documentación y creyendo que Esther la tiene en su poder, Reyes tratará de eliminarla sometiéndola a una cruel represión.

Luego de acercarnos un poco al fenómeno del mobbing desde algunas opiniones de diferentes investigadores se hace necesario ahondar en los roles y perfiles que caracterizan a las personas implicadas en estas situacionesy las acciones que se pueden tomar ante una situación de acoso laboral con el fin de transformar dicha realidad.

Perfiles de las víctimas

  • Envidiables: consideradas como peligrosas o competitivas. Alta capacitación profesional. Popular entre sus compañerxs y alto sentido cooperativo para el trabajo en equipo
  • Vulnerables: necesitadas de afecto y aprobación. Consideradas como inofensivas o indefensas
  • Amenazantes: activas, eficaces, reaccionan contra el autoritarismo de un superior y no se dejan avasallar, alterando el equilibrio del grupo. Autónomas, independientes y con iniciativa. Honradas, rectas y con alto sentido de la justicia

 Perfil de las personas acosadoras

  • Ausencia del sentimiento de culpabilidad
  • Profesional mediocre, con complejo de inferioridad
  • Necesita del secreto, la vergüenza de la víctima y los testigos mudos, ciegos y sordos

¿Qué hacer si sufres mobbing?

Para la jurista Imbert Milán la mejor opción ante un acto de violencia incluyendo el acoso laboral, es la denuncia, para lo cual recomienda:

  • Comunicar al superior jerárquico la situación de acoso o acudir al órgano de justicia laboral, tenga las pruebas o no, aunque siempre es mejor contar con ellas
  • Constituyen pruebas: los testigos, correos electrónicos, actas de reuniones donde haya quedado registrado algún planteamiento o queja sobre el tema, certificado médico por estrés emitido por un facultativo médico o cualquier otro aspecto que sirvan para respaldar la denuncia
  • O dirigirse a los servicios de orientación jurídica (miércoles y viernes, 8:30 am.-12:00 m.) del Cenesex, ubicado en Calle 10 No.460 esq.21, Vedado

Socializar experiencias de mobbing en el mundo del arte, de la cual somos testigos o protagonistas, y diferenciarlas de lo que es establecer la disciplina en el ámbito laboral, contribuye a identificar la violencia en estos espacios. Sin embargo, se hace necesario advertir que denunciarlas es la mejor manera de defender nuestra libertad individual.

 

[1] Hernandez M, L. (2018) Acoso laboral: fenómeno ya no tan silencioso.  Publicado el 1 abril, 2018.
Este post expresa el punto de vista de su autora.
Texto escrito especialmente para la sección Bullying & Arte. Se prohíbe su reproducción en cualquier medio o formato sin la autorización expresa de la autora y Circuito Líquido.
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Para saber si sufres de mobbing (acoso laboral) hazte el Test. También puedes compartir tu testimonio (puede ser anónimo).

 

Quiero saber +
Bullying y ciberbullying: mito o realidad + testimonios, caricaturas e infografías

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Bullying y Ciberbullying. Mito o realidad + Testimonios

¿Qué es el bullying y el ciberbullying; cómo se manifiesta; en qué escenarios; cuáles son los riegos; qué derechos vulnera?

¿Afecta más a las personas adultas que a los jóvenes, adolescentes y niños?

¿Cuándo el bullying y ciberbullying llegaron a formar parte del debate público en Cuba?

Para conocer las respuestas lee aquí y ahora el texto Yoanka Rodney, en el que te comparte, además, diversos testimonios de personas que durante el transcurso de su vida han sido protagonistas de bullying.

Antes que comiences a leer, déjame contarte que con este texto inauguramos una nueva sección online para hablar de bullying, ciberbullying, mobbing & arte (agradecemos muchísimo a Dalia Acosta por las redes); también queremos que estos temas formen parte de las líneas temáticas de las próximas ediciones del Premio de Fotografía Feminista.

Dale scroll… y ¡A Yoanka le encantaría leer tus comentarios 😉

yoanka-rodneyBullying y ciberbullying. Mito o realidad

Por Yoanka Rodney

 

 

La violencia que se produce entre niños, niñas, adolescentes y jóvenes, traspasa fronteras geográficas, razas, clases, religiones y cultura. Tiene lugar en los hogares, en el camino hacia las escuelas, en el interior de éstas, en la comunidad y más reciente aún en el ciberespacio. Ningún país es inmune, sea rico o pobre. Por ello no basta con contar el número de víctimas, sino que hay que contar sus historias, sus sueños, sus esperanzas para sensibilizar todavía más a quienes consideran que la violencia entre iguales es solo cosa de muchachos.

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Caricaturas Jorge Sánchez 😉

 

“Yo nunca había visto tanto lio formado por un “fenómeno” que existe de toda la vida. En las escuelas se rechazan a los que tienen una “orientación sexual o identidad de género no heteronormativa “… mire usted qué manera de enredar el término homosexualidad. Es cierto, eso está mal,  muy muy mal! Pero se hace lo mismo con los feos, los que usan espejuelos, los que tienen algún problema ortopédico, los brutos, los que escuchan música no “reggetonizada”, los que no les gustan las fiestas, los que no se buscan novias, los flacos, los gordos y nunca, NUNCA he escuchado a nadie lanzar una campaña nacional en defensa de esos niños.”

Comentarios. Bullying: Pocos segundos para un gran maltrato, Alina M. Lotti, CubaSí, 2017

Una de las formas de violencia que afecta las relaciones entre iguales (niños, niñas, adolescentes y jóvenes) en cualquier institución educativa (escuela, universidad) del mundo es el bullying y el ciberbullying. Aunque en Cuba estas formas de violencia no han sido una realidad suficientemente abordada en investigaciones científicas y reconocidas en su gravedad, lo cierto es que se cuenta con diversos testimonios de personas que durante el transcurso de su vida estudiantil fueron protagonista de estas situaciones en cualquiera de sus roles más conocidos: víctima, agresores o espectadores y dejan claro que tampoco nos estamos refiriendo a un mito.

Es por ello que expresiones como “el puntico”, “el trajín, entre otros nos harán recordar a cuáles situaciones nos estamos refiriendo y qué roles adoptamos en cada una de ellas. Mientras que los testimonios que aquí compartimos nos permite reconocer una realidad viviente, que nos habla de las injusticias sufridas en el pasado y nos obliga a tomarlas en cuenta para iniciar cambios que permitan construir una verdadera justicia ética, sin venganza, al poner la mirada en el sufrimiento de los inocentes y casi nula reparación del daño ocasionado.

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Fotograma Camionero, Sebastián Miló

 

“El “puntico” en las escuelas siempre ha existido y existirá nos guste o no, cuando estuve becado en los 80, tristemente fui de esos “punticos” y cuando me bequé nuevamente en los 90 no fue la misma historia pero tampoco me convertí en victimario, aunque también en las escuelas urbanas existe.”

Rafael Echevarría
Comentarios. Bullying: Pocos segundos para un gran maltrato, Alina M. Lotti, CubaSí, 2017

Desde hace algunos años hablar del bullying y ciberbullying– en español acoso escolar y ciberacoso respectivamente –como formas de violencia entre iguales que se dan tanto en la escuela, en sus alrededores hasta llegar a su forma más moderna como es el contexto social cibernético –ciberbullying– es un tema recurrente que llegó a formar parte del debate público en Cuba, en mi modesta opinión, a partir de la campaña por Escuelas sin homofobia ni transfobia realizada durante dos años por el Centro Nacional de Educación Sexual durante el 2017 y el presente 2018.

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Campaña Cenesex Me incluyo, 2017

Pero volviendo al tema en cuestión es necesario decir que el acoso y el ciberacoso escolar son realidades que viven con frecuencia infantes, adolescentes y jóvenes en el mundo, y Cuba no es la excepción. El primer término –el acoso escolar– se refiere a un tipo particular de violencia escolar y el segundo –el ciberacoso escolar– es una de las tantas formas de expresión del acoso escolar, pues pudiéramos también referirnos al acoso verbal y no verbal; al acoso psicológico o relacional, así como al acoso físico.

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Caricatura realizada expresamente para este texto

Todas estas formas de acoso entre iguales (estudiantes) aparecen cuando el daño que se causa es intencional, la víctima no provoca la agresión y los actos violentos se repiten en el tiempo; los agresores se perciben como los más fuertes y a las víctimas como más débiles o menos hábiles.

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“En Cuba si hay acoso escolar o bullying, yo lo viví en carne propia, nunca se lo he dicho nadie…También conocí un muchacho de mi aula en la secundaria que fue víctima de un bullying bien violento y prolongado, todo 8vo grado, ya en 9no estaba loco. De esto no se habla mucho o casi nada, solo el que lo sufre o ha sufrido lo sabe”.

Anónimo, Época de sensibilidad humana y transformaciones profundas,Yoanka Rodney, Granma, 2017

Este tipo de comportamiento es oculto, se manifiesta poco ante la vista del profesorado y es muy dañino. Tienen repercusiones negativas en su bienestar, su desarrollo y el ejercicio de sus derechos. Por ello se le reconoce como fenómeno socio jurídico y educativo, el cual muchas veces queda invisibilizado porque los mecanismos de denuncia y de actuación son insuficientes o no son conocidos por los niños, las niñas, adolescentes, jóvenes, familiares y hasta los miembros del profesorado que los atienden.

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Caricatura realizada expresamente para este texto

En el caso particular del ciberbullying son casi nulas las investigaciones publicadas con las cuales se cuenta para poder evaluar si se está produciendo o no en el contexto cubano actual. No obstante, hay que señalar, que esta forma moderna de acoso escolar nos lleva necesariamente a hablar de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC´s), y las implicaciones negativas que puede provocar la forma de establecer relaciones entre iguales cuando al acceder a ellas no se cuentan con las habilidades necesarias para el manejo de dichas herramientas, que les posibilitan ser productores y receptores de contenidos que traspasan la frontera de lo privado.

Desde esta perspectiva nos encontramos frente a un abanico de riesgos que se vinculan con la vulneración de sus derechos fundamentales como la libertad, la dignidad, la intimidad y el derecho a ser protegidos contra la violencia en los cuales niños, niñas adolescentes y jóvenes son más vulnerables que los adultos.

1 de cada 10 mujeres declaró haber sufrido ciberacoso desde la edad de los 15 años, según un estudio de la Unión Europea.

NM/2016

El ciberbullying como forma de expresión de la intimidación entre pares a través de los nuevos dispositivos digitales, es uno de estos riesgos. Debido a que la forma de contacto entre víctimas y agresores introduce factores de riesgo específicos, como el anonimato del agresor, la gran difusión social de la situación y las dificultades prácticas para detener la agresión y, por extensión, terminar con el sufrimiento de la víctima. A la vez las (TIC´s) le ofrecen a las víctimas oportunidades para responder y defenderse, inclusive de manera violenta en algunas ocasiones, respuesta que probablemente no sería la misma cara a cara.

Las víctimas del acoso escolar se encuentran en una situación de desventaja académica, social y emocional. Diversos estudios señalan que –las víctimas– pueden llegar a pensar que son las responsables de la intimidación que soportan y esto provoca que este sentimiento empeore. A causa de continuas agresiones, llegan a creer que no sirven para nada, y con frecuencia caen en la depresión. Si están sujetas a una insistente intimidación, la depresión puede empeorar y en casos extremos de victimización y baja autoestima pueden llegar hasta la auto lesión y el suicidio. Cuando los niños, las niñas, adolescentes y jóvenes sufren de estas constantes intimidaciones siempre están alertas esperando el próximo ataque, intentando evitarlos, y se sienten desvalidos y desesperados. Para evitarlo pueden faltar a la escuela, debido a la tensión que ellos sienten, el trabajo académico deja de ser importante y pierde su significado o empiezan a quedar rezagados. Cuanto más rezagados van que dando, más difícil es la recuperación.

ciberacoso

Caricatura realizada expresamente para este texto

Ante este panorama los centros educativos deben brindar una educación de calidad que promueva el desarrollo personal, social, ético, cívico y jurídico. Así como el pensamiento crítico y la realización de los derechos humanos porque tiene un papel fundamental en la protección de niños, niñas, adolescentes y jóvenes contra cualquier forma de violencia. Sin embargo, no cabe dudas que en ocasiones las instituciones educativas pueden ser, para un cierto número de estudiantes, escenarios de exclusión social y maltrato.

Acercarse a las historias de vida, miedos y esperanzas de aquellas personas que durante su paso por las instituciones educativas han vivido situaciones de acoso escolar nos da la oportunidad de detenernos y no, necesariamente, ignorar o desconocer los hechos. Es una oportunidad para la reflexión, el debate y el aprendizaje. En fin, contar la maldad es solo un pretexto para compartir algunas vivencias angustiosas de quienes son diferentes y seguir luchando para que no sea el acoso, en cualquiera de sus expresiones, lo que impacte, lo que se aprenda, lo que se difunda en nuestras instituciones educativas.

 

Ciberbullying en otros contextos:

En España, 7 de cada 10 víctimas de ciberbullying son chicas.

Nada mejor que esta infografía para mostrarte los resultados del primer estudio de ciberbullying en este país.

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Texto escrito especialmente para Bullying & Arte. No reproduzcas este texto, por cualquier medio o formato,  sin la autorización de Circuito Líquido y su autora
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