¿Cómo se siente Luc después de tantos años, de tanta obra, de tanta experiencia, de varias idas y venidas, de amor y odio, de abrazos y despidos?
Descubre las respuestas del fotógrafo suizo Luc Chessex en esta III (y última parte) de la entrevista.
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Entrevista con Luc Chessex. “He regresado fielmente”. (III)
Por Grethel Morell

Grethel Morell y Luc Chessex en un intercambio de sus libros: Damas, esfinges y mambisas… de Grethel, y los ensayos fotográficos de Luc Cherchez la femme y Chessex
“He regresado fielmente”
GM: En una ocasión expresó en una entrevista que se “sentía más cubano que los propios cubanos”, a pesar que de vez en cuando nosotros los cubanos, le cito, “te sacaban el tema de tu extranjería y que eso a veces era molesto” ¿cómo se siente Luc después de tantos años, de tanta obra, de tanta experiencia, de varias idas y venidas, de amor y odio, de abrazos y despidos?
LCH: Es un poco un chiste… Pero claro, después de vivir 14 años aquí trabajando, sin cobrar nunca ni un dólar, así con el sueldo básico de un cubano, te vienen a sacar tu extranjería, por supuesto, no te hace mucha gracia. Pero me siento bien. He regresado fielmente.
Hubo esa época, que vamos a llamarle otra vez “el quinquenio gris”, donde hubo esa incomprensión, que como ya he dicho, no entendí por qué me habían dejado plantado, fuera de salario, que es como decir la muerte, porque en el año 75 sin salario aquí no se podía vivir. Entonces no lo entendí. Por eso escribí a Carlos Rafael Rodríguez, y recibí esa respuesta, un poco como decimos en francés, en “lengua de madera”, donde no se dice nada.
Pero como ocho o diez años después vino la invitación del actual Ministro de Cultura, Abel Prieto.
GM: ¿Quién es el primero que abre otra vez ese puente de Luc hacia La Habana?
LCH: Quizás es Enrique de la Uz hablando con la gente de la Fototeca. La cosa es que cuando llego estaba el Ministro aquí, la Embajada de Suiza había hecho un coctel, entonces oficialmente me abren la puerta.
GM: Luego todo fue fluyendo, hasta el día de hoy que está otra vez en La Habana… Permítame una pregunta que ya le hice en una ocasión, pero me gustaría cerrar con ella la entrevista. Se ha hablado durante todos estos años qué ha significado Luc y su obra para la fotografía cubana, ya es algo indudable, “incosumible” una idea opuesta, como el cartel que vimos hace un rato. Ya se consume fotografía cubana con la influencia de Luc, multiplicada con los años. Pero a la inversa, confiéseme, ¿qué ha significado Cuba para Luc, además de sinsabores y amores?
LCH: Es un periodo de formación para mí, mas, cuando uno tiene 25 años. La realización de cosas que yo había estudiado, hablado en Suiza, sobre los movimientos de liberación, de la independencia, del Tercer Mundo. Aquí fue donde viví en carne propia la transformación que sufrió el mundo en esa época: la Revolución cubana, las independencias africanas, la liberación de Viet Nam, otro equilibro en el mundo, la importancia de la Tricontinental y el Tercer Mundo para la historia.
GM: Y en lo personal, no la Cuba de los grandes cambios y su poder simbólico, la Cuba del día a día, la de comer en la mesa de los cubanos y cubanas?
Sí, la de comer en plato de aluminio… pero fue consecuencia de los grandes cambios, esos países que hicieron su revolución. Yo tuve el privilegio de vivirlo, mientras la mayoría de mis amigos lo vivieron a través de lecturas, películas o de pantallas de televisión, sin haberse movido de su país. Es otra cosa vivirlo desde adentro, que observarla de afuera. Una cosa es mirarlo y otra vivirlo.
GM: ¿Algún consejo para las nuevas generaciones y la fotografía actual? ¿Alguna fórmula?
LCH: No, no… no hay fórmulas ni recetas. El único consejo es que la gente sea feliz, que la vida pasa muy aprisa, así que hay que hacer lo que uno quiere hacer lo más afondo y lo más rápido posible. No dejar para luego. Uno no sabe, uno está vivo hoy y mañana no sabes lo que pueda pasar.
Sí, sí puedo dar un consejo: comer la vida completamente, con entusiasmo, sin reparos. Hacer lo que uno piensa hacer con su vida, de modo justo.
GM: ¿Se siente realizado?
LCH: Nunca, hasta el último soplo. Espero hacer cosas todavía, tengo aún planes, pero el último soplo no sé cuándo llegará, puede ser esta tarde, dentro de uno o tres años, no sabes. Claro, mi vida está largamente detrás y no delante, porque veo cada vez que tengo más amigos que desaparecen o se enferman, así que estoy más consciente de lo frágil que resulta la vida de uno cuando pasas de los 80. Aconsejo no perder tiempo en hacer cosas que uno no quiere hacer.
GM: La fotografía lo ha hecho feliz… ¿No hubiera concebido su vida sin fotografiar?
LCH: Cuando empecé no tenía una vocación. Leo a veces sobre personas que dicen desde que nacen o desde que tienen cinco años ya tienen una vocación, que quieren ser aviadores o capitán de barco, por ejemplo. Mi oficio vino trabajando, sobre la marcha.
Ahora, si tuviera que empezar otra vez, no pudiera hacer la misma vida, no podría duplicar la vida que viví, pero como no se me va a dar otra oportunidad, no tengo que pensarlo demasiado. Estoy contento con lo que he hecho.
GM: Muchas gracias Luc.
Disfrutarás leyendo también la I y II parte de la entrevista a Luc Chessex. Léelas y compártela con el hasthag #entrevistaLuCLíquido
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