Entradas de la categoría 'Conferencias y Seminarios'

Charlamos en FCOM: Gestión cultural relatos posibles

El 14 de noviembre estuvimos en la FCOM. La invitación fue de la profe Marta Triana para impartir una charla a estudiantes de primer año de Periodismo: Gestión artística y cultural relato(s) posible(s) en la que abordamos la evolución de la promoción y la gestión artística-cultural; hablamos de gestión artística feminista y el perfil de las y los periodistas-gestores.

Sin dudas, este tipo de encuentros nos da la posibilidad de dialogar sobre temas que nos apasionan y contribuyen a construir comunidades artísticas.

Si te gusta lo que hacemos, invítanos a charlar sobre gestión artística-cultural, gestión artística feminista

 

+ de gestión:

2 cursos online para aprender a buscar financiamiento y aplicar herramientas de marketing cultural

Gestoras y proyectos, y edición coaching emprendimientos artísticos liderados por mujeres

Entrevista con Luc Chessex. “He regresado fielmente”. III parte

¿Cómo se siente Luc después de tantos años, de tanta obra, de tanta experiencia, de varias idas y venidas, de amor y odio, de abrazos y despidos?

Descubre las respuestas del fotógrafo suizo Luc Chessex  en esta III (y última parte)  de la entrevista.

Comparte la entrevista con el hashtag #entrevistaLuCLíquido

 

Entrevista con Luc Chessex. “He regresado fielmente”. (III)

Por Grethel Morell

Luc-Chessex-y-Grethel-Morell-3-parte

Grethel Morell y Luc Chessex en un intercambio de sus libros: Damas, esfinges y mambisas… de Grethel, y los ensayos fotográficos de Luc Cherchez la femme y Chessex

“He regresado fielmente”

Chessex-años70

GM: En una ocasión expresó en una entrevista que se “sentía más cubano que los propios cubanos”, a pesar que de vez en cuando nosotros los cubanos, le cito, “te sacaban el tema de tu extranjería y que eso a veces era molesto” ¿cómo se siente Luc después de tantos años, de tanta obra, de tanta experiencia, de varias idas y venidas, de amor y odio, de abrazos y despidos?

LCH: Es un poco un chiste… Pero claro, después de vivir 14 años aquí trabajando, sin cobrar nunca ni un dólar, así con el sueldo básico de un cubano, te vienen a sacar tu extranjería, por supuesto, no te hace mucha gracia. Pero me siento bien. He regresado fielmente.

Hubo esa época, que vamos a llamarle otra vez “el quinquenio gris”, donde hubo esa incomprensión, que como ya he dicho, no entendí por qué me habían dejado plantado, fuera de salario, que es como decir la muerte, porque en el año 75 sin salario aquí no se podía vivir. Entonces no lo entendí. Por eso escribí a Carlos Rafael Rodríguez, y recibí esa respuesta, un poco como decimos en francés, en “lengua de madera”, donde no se dice nada.

Pero como ocho o diez años después vino la invitación del actual Ministro de Cultura, Abel Prieto.

GM: ¿Quién es el primero que abre otra vez ese puente de Luc hacia La Habana?

LCH: Quizás es Enrique de la Uz hablando con la gente de la Fototeca. La cosa es que cuando llego estaba el Ministro aquí, la Embajada de Suiza había hecho un coctel, entonces oficialmente me abren la puerta.

chessex-años70_coleccion-Fototeca-de-Cuba_baja

GM: Luego todo fue fluyendo, hasta el día de hoy que está otra vez en La Habana… Permítame una pregunta que ya le hice en una ocasión, pero me gustaría cerrar con ella la entrevista. Se ha hablado durante todos estos años qué ha significado Luc y su obra para la fotografía cubana, ya es algo indudable, “incosumible” una idea opuesta, como el cartel que vimos hace un rato. Ya se consume fotografía cubana con la influencia de Luc, multiplicada con los años. Pero a la inversa, confiéseme, ¿qué ha significado Cuba para Luc, además de sinsabores y amores?

LCH: Es un periodo de formación para mí, mas, cuando uno tiene 25 años. La realización de cosas que yo había estudiado, hablado en Suiza, sobre los movimientos de liberación, de la independencia, del Tercer Mundo. Aquí fue donde viví en carne propia la transformación que sufrió el mundo en esa época: la Revolución cubana, las independencias africanas, la liberación de Viet Nam, otro equilibro en el mundo, la importancia de la Tricontinental y el Tercer Mundo para la historia.

GM: Y en lo personal, no la Cuba de los grandes cambios y su poder simbólico, la Cuba del día a día, la de comer en la mesa de los cubanos y cubanas?

Sí, la de comer en plato de aluminio… pero fue consecuencia de los grandes cambios, esos países que hicieron su revolución. Yo tuve el privilegio de vivirlo, mientras la mayoría de mis amigos lo vivieron a través de lecturas, películas o de pantallas de televisión, sin haberse movido de su país. Es otra cosa vivirlo desde adentro, que observarla de afuera. Una cosa es mirarlo y otra vivirlo.

Chessex-años70_baja

GM: ¿Algún consejo para las nuevas generaciones y la fotografía actual? ¿Alguna fórmula?

LCH: No, no… no hay fórmulas ni recetas. El único consejo es que la gente sea feliz, que la vida pasa muy aprisa, así que hay que hacer lo que uno quiere hacer lo más afondo y lo más rápido posible. No dejar para luego. Uno no sabe, uno está vivo hoy y mañana no sabes lo que pueda pasar.

Sí, sí puedo dar un consejo: comer la vida completamente, con entusiasmo, sin reparos. Hacer lo que uno piensa hacer con su vida, de modo justo.

GM: ¿Se siente realizado?  

LCH: Nunca, hasta el último soplo. Espero hacer cosas todavía, tengo aún planes, pero el último soplo no sé cuándo llegará, puede ser esta tarde, dentro de uno o tres años, no sabes. Claro, mi vida está largamente detrás y no delante, porque veo cada vez que tengo más amigos que desaparecen o se enferman, así que estoy más consciente de lo frágil que resulta la vida de uno cuando pasas de los 80. Aconsejo no perder tiempo en hacer cosas que uno no quiere hacer.

GM: La fotografía lo ha hecho feliz… ¿No hubiera concebido su vida sin fotografiar?

LCH: Cuando empecé no tenía una vocación. Leo a veces sobre personas que dicen desde que nacen o desde que tienen cinco años ya tienen una vocación, que quieren ser aviadores o capitán de barco, por ejemplo. Mi oficio vino trabajando, sobre la marcha.

Ahora, si tuviera que empezar otra vez, no pudiera hacer la misma vida, no podría duplicar la vida que viví, pero como no se me va a dar otra oportunidad, no tengo que pensarlo demasiado. Estoy contento con lo que he hecho.

GM: Muchas gracias Luc.

 

Disfrutarás leyendo también la I y II parte de la entrevista a Luc Chessex. Léelas y compártela con el hasthag #entrevistaLuCLíquido

 

Conoce + de Luc

Cubanas por un suizo. La representación femenina en la obra de Luc Chessex
Minibio de Luc
6 fotografías inmersivas realizas por creadoras/es visuales participantes en el seminario sobre Luc + galería de imágenes

 

© Imágenes: Luc Chessex, Grethel Morell y Circuito Líquido

Entrevista con Luc Chessex. “La crítica no significa menosprecio”. II parte

Aquí tienes la II parte de la entrevista con Luc Chessex realizada por Grehtel Morell en el transcurso del Seminario Inmersivo que hicimos sobre la obra de este fotógrafo suizo.

Luc nos cuenta sobre amigos cercanos y lugares claves que marcaron sus relaciones personales y profesionales en la Isla: Mayito, Edmundo Desnoes, Raúl Martínez, Enrique de la Uz; La revista Cuba, Prensa Latina, Casa de las Américas; del eco en el medio artístico local de Los cubanos, ensayo fotográfico que apuesta por una mirada diferente a la estética heroica que imperaba en los 60..

Comparte la entrevista con el hashtag #entrevistaLuCLíquido

 

Entrevista con Luc Chessex. “La crítica no significa menosprecio”. (II)

Por Grethel Morell

Luc-Chessex-y-Grethel-Morel.-Networking-Seminario-Luc-Chessex-en-Cuba

Grethel Morell y Luc Chessex durante el networking, seminario Luc Chessex en Cuba… CL

GM: Vamos a hablar no de cómo llegó, o qué hizo, aspectos sobre los que ya se ha expresado y escrito en buena medida. Le diré algunos nombres y lugares que pudieron ser claves para usted acá en Cuba, y me gustaría que me confesara lo que le representa o recuerda, en su trabajo o en su vida personal. Lo primero que venga a su memoria.

El Hotel Presidente

LCH: Viví allí del 61 hasta el final del 68. Cada vez que regreso por La Habana me doy una vuelta para ver el Presidente. No ha cambiado tanto, en aspecto, porque adentro sí ha cambiado bastante. El barrio, Calzada, El Carmelo, el teatro Amadeo Roldán… Realmente la primera visión que tengo de La Habana fue una semana o diez días viviendo en el Hotel Vedado, en la calle O, y después fue el Hotel Presidente con su barrio. Yo paseaba por su alrededor. Descubrí Casa de las Américas, que queda a unos tres minutos caminando, y ahí conocí a Retamar, al guatemalteco Manuel Galich, a Humberto Peña que era el diseñador de la revista Casa, que era una excelente revista desde el punto de vista gráfico y de los artículos que publicaba.

GM: El Consejo Nacional de Cultura

LCH: Fue mi primer lugar de trabajo. Quedaba no muy lejos del Presidente, en la calle 2, cerca de la avenida Paseo y la Casa Potín que era un salón de té, de propietarios originales franceses. Como Alejo Carpentier fue quien me hizo entrar al Consejo, y a él le encantaba hablar francés, íbamos a merendar juntos a la terraza del Potín. Eso nunca lo voy a olvidar.

GM: El ICAIC

LCH: También fue mi primer encuentro con la cultura cubana y después la cinemateca y todo el  mundo intelectual que giraba alrededor del ICAIC: Mayito, Titón, Jorge Fraga. A Alfredo lo conocí más tarde y más de lejos. No fui íntimo con él. Muchos de mis amigos sí trabajaban allí. Recuerdo a Nicolasito Guillén, que era el sobrino de Nicolás Guillén, cineasta y documentalista.

LE-VISAGE-DE-LA-REVOLUTION-3_baja

GM: Algunos nombres que le fueron más cercanos, Mayito

LCH: Él fue quien me presentó a Carpentier. Siempre tuvimos realmente muy buenas relaciones. Nunca hubo el más mínimo celo. Fíjate que entre fotógrafos, como entre médicos, arquitectos, puede haber sus peleas por intereses, pero con Mayito siempre fue una relación sin nubes ninguna.

GM: Raúl Martínez

LCH: Aprendí bastante con Raúl, que además de pintor era diseñador. Él trabajaba en el Instituto del Libro y me enseñó bastante de diseño, tal como Humberto Peña. Agudicé mi mirada viendo tanto el trabajo de Raúl como el de Humberto.

GM: Pueblo y Cultura

LCH: Era la revista del Consejo que creó Alejo. Cuando me contrató, él tenía en mente crear esa revista. Después se llamó Revolución y Cultura. Fue donde conocí a Reynaldo González y a Héctor Villaverde. En el primer equipo de Pueblo y Cultura en la calle 2, estaba Manolo Vidal como diseñador, hermano del pintor Antonio. Era un colectivo de trabajo pequeño, tres o cuatro personas. Reynaldo González entra un poco más tarde, después nos mudamos para la sede de Marianao, en el edificio del ayuntamiento; y luego para el Palacio del Segundo Cabo. Entra también Villaverde. Se cambia la edición que era sobre papel gaceta, así como la Gaceta de la UNEAC, y con el cambio de nombre viene la modificación de formato y una impresión mucho mejor.

GM: Edmundo Desnoes

LCH: Fue muy importante para mí. Era realmente el que más teorizaba acerca de las artes plásticas y que se interesó temprano por la fotografía. Cuando lo conocí estaba metido en el mundo de la pintura. Él me presentó a Wifredo Lam, era su amigo. Luego empezó a interesarse más por la fotografía, a escribir sobre ella, pasaba horas y horas hablando con Edmundo. Con La mirada fotográfica del subdesarrollo fue un precursor. Él escribió bastante antes que los norteamericanos, que Susan Sontang, por ejemplo.

chessex_1970_coleccion-Fototeca-de-Cuba_baja

GM: La revista Cuba

LCH: Fue otra época, en el 70. Tenía la responsabilidad de un equipo. Yo era el responsable del Departamento Fotográfico. Antes había trabajado con diseñadores y redactores, aunque no con un equipo de fotógrafos. En la revista había un grupo importante de fotógrafos y de escritores. Fue una experiencia que me formó bastante.

GM: ¿Cómo era dirigir a otros fotógrafos, siendo fotógrafo?                

LCH: Bueno, espero haber sido un dirigente no muy dirigente, vamos a decir. Era hablar e intercambiar con los fotógrafos, no venía con una pauta así de hay que hacer esto o lo otro. Cada fotógrafo tenía su estilo, era más o menos escoger quién podía ser mejor para un tipo de reportaje. No era lo mismo hacer un reportaje en un asilo de ancianos que en un gimnasio de jóvenes boxeadores, o pasar dos semanas en la Sierra Maestra para hacer fotos de los médicos que estaban allí. Había que tener ese ojo para repartir el trabajo de la mejor manera, para que el resultado del fotorreportaje fuera con la mejor calidad.

GM: ¿Fue entonces un jefe justo?

LCH: ¡Espero!… No sé, habría que preguntarle a Ernesto Fernández, a Figueroa…

GM: Su amigo Enrique de la Uz

LCH: Es un amigo muy cercano. No pertenecía a staff de la revista, lo conocí antes cuando trabajaba en Cultura, y Enrique había llegado de la Unión Soviética donde se había formado como ingeniero. Al parecer no le interesaba la ingeniería, más bien la fotografía, y nos vimos por primera vez creo en casa de Raúl.

GM: Prensa Latina

LCH: Cogió el mando de la revista Cuba y fue una etapa bastante difícil para la revista. Antes había sido dirigida por Ernesto González Bermejo y el Comité Central. Pero Bermejo estaba más cerca, tenía allí su oficina. Era un intelectual uruguayo con una visión amplia y cuando Prensa Latina toma el mando, me mandan a mí con Bermejo a viajar por América Latina y ponen a otro director, quizás un cuadro más cuadrado, y creo que la revista sufrió por ese cambio. Yo no, porque a mí me mandan para el extranjero y era un trabajo muy interesante poder viajar como fotoperiodista a Uruguay, a Chile después de la toma de poder de Salvador Allende, a Bolivia… fue como ampliar mi horizonte. Al final fue una suerte, podría decir.

Chessex-años60

GM: Hablemos de algunos de sus ensayos. Los cubanos, por ejemplo, del año 65, que no llevó a libro, pero expuso en Casa de las Américas, donde aún se conservan. ¿Ese ensayo fue bien apreciado en su momento?

LCH: Bueno, para algunos fue una visión un poco en tono bajo. Claro, no era la estética heroica que imperaba en ese momento. Decían que era una visión un poco triste, otoñal, un poco suiza… En verdad lo que me interesaba no era ver los macheteros, los cortadores de caña cortando, sino más bien los instantes de ocio, lo que sucedía entre los momentos heroicos.

GM: Cuando miró a los suizos, y años más tarde hizo el ensayo “swiss life” ¿también le dijeron lo mismo?

LCH: Sí, me dijeron que era también crítico. Bueno, siempre hay gente que entiende que la crítica no tiene que ser menosprecio y que sin crítica no se adelanta. 

GM: El libro Cherchez la femme 

LCH: Su título parte de una película francesa que estaba de moda por esos días, no era ni buena película, ni su director era famoso. La idea viene de conversaciones con Edmundo, con Mayito, con Enrique… Llevarlo a libro es más reciente, se debe a que el Musee de L´Elysee decidió exponer ese trabajo. Cuando ellos organizan una exposición buscan financiamiento para hacer un libro.

CHERCHEZ-LA-FEMME-13_baja

GM: ¿Tuvo usted alguna relación con los movimientos feministas de los años 60-70 que le influenciaran en la idea de hacer este ensayo, este libro?

LCH: No. Veía eso desde lejos. Vi el embullo que provocó la venida de Ángela Davis, pero nunca tuve relación cercana ni con la Federación de Mujeres Cubanas, ni con ningún grupo de feministas.

 

Cuéntanos… ¿qué te parece esta II parte?

Descubre más sobre luc en la I y III parte de la entrevista

 

Conoce + de Luc

Cubanas por un suizo. La representación femenina en la obra de Luc Chessex
Minibio de Luc
6 fotografías inmersivas realizas por creadoras/es visuales participantes en el seminario sobre Luc + galería de imágenes

 

© Imágenes: Luc Chessex, Grethel Morell y Circuito Líquido

Entrevista con Luc Chessex. Cuba a todo formato. I parte

Hoy te ofrecemos la I parte de la entrevista inmersiva con Luc Chessex, que te anunciamos en el post Chessex revisitado en 6 fotografías inmersivas con mirada de género.

Entre el 61 y el 69 el fotógrafo suizo revelaba en un baño de hotel. Sobre su proceso de trabajo, modos de imprimir las fotos; fotógrafos que siguieron su estilo; las polémicas en torno a fotografía y arte; el trabajo en la emblemática revista Cuba, son  temas que conocerás leyendo esta entrevista que le hizo Grethel.

No olvides compartirla con el hashtag #entrevistaLuCLíquido

 

Entrevista con Luc Chessex. Cuba a todo formato (I)

Por Grethel Morell

Grethel-Morell-y-Luc-Chessex-1-parte

Grethel Morell y Luc Chessex visitando la Fototeca de Cuba

Después de cuatro intensas jornadas en el Seminario Inmersivo sobre la obra de Luc Chessex en Cuba, sus libros y sus miradas fotográficas a las cubanas de épocas precedentes (1961-75), nos fuimos a las calles de la vieja Habana rumbo a los archivos de la Fototeca de Cuba. Junto a ese suizo incansable arribé a sus bien conservadas colecciones. En un espacio aderezado por el calor y el pertinaz ruido de visitantes y sones de la Plaza, nos pusimos a revisar imágenes, a provocar la historia, a incitar la memoria.

Tras varias pasadas, con guantes blancos en mano, de aquellas pequeñas fotografías vintage e intercambio de preguntas, buscamos “refugio” finalmente en un recodo tranquilo de la edificación donde dejar fluir y grabar el diálogo. Más que una entrevista detallada en los cómo o los qué (de las que ya existen), me impulsaba conocer por voz de su protagonista el latir de un país, de una cultura, de sus procederes y sus actuantes. Me atraía la parte humana e intelectual, convergidas, en la manera de conformar, erigir la fotografía y su historia en aquellos complejos tiempos.

LE-VISAGE-DE-LA-REVOLUTION-24a-(2)

Grethel Morell (GM): Verificando imágenes que fueron de su autoría y ante el extenso y preciso trabajo sobre las representaciones del líder político Fidel Castro en la gráfica y el contexto popular y cotidiano de los años 60 en Cuba (aunado en el libro Le visage de la Révolution), le pregunto: ¿Le tomó fotos a Fidel directamente? Sabe con exactitud cuáles eran?

Luc Chessex (LCH): Sí. Las fotos, porque sé bien en qué momento exacto las hice. Cuando estaba tomando vino, en situación más cercana. Después viajé con él a la Sierra Maestra.

El cuño que tienen por detrás significa que fueron ampliadas en Suiza y luego traídas a La Habana.

GM: ¿Y las fotos que no lo tienen así?

LCH: Era que las imprimía aquí, en mi cuarto de hotel. Por eso llegué en barco. Traía mi equipo fotográfico, no solo la cámara, también la ampliadora, las cubetas. Trabajaba de noche. Montaba el cuarto oscuro en el baño.

GM: Cuando empezó en el Consejo Nacional de Cultura, ¿ya tenía laboratorio?

LCH: No, yo seguía trabajando en el cuarto, en el baño del hotel. Empecé a trabajar en un laboratorio cuando me uno al equipo de la revista Cuba, en el año 70.

GM: Es decir, estuvo desde el 61 hasta el 69 revelando en un baño de hotel

LCH: Sí. Realmente lo importante era tener una buena ampliadora y podía trabajar de noche. Como no había prisa, no era fotografía para prensa diaria, era mensual, podía probar con calma, revelar, imprimir sin ningún problema. En el 70 cuando llego de responsable de fotografía a la revista Cuba trabajo en el cuarto oscuro. Estaba bien equipado. En la revista había como siete u ocho fotógrafos, con dos técnicos de laboratorio. Allí yo armé mi ampliadora, y también en el Hotel Habana Libre.

LE-VISAGE-DE-LA-REVOLUTION-35a

GM: ¿Quién suministraba la… química y los rollos?

LCH: Era difícil. Siempre había dificultad, más bien con los rollos. Cuando venían fotógrafos extranjeros, como Ribuod, Burri o Cartier Bresson, me dejaban los rollos que le sobraban cuando se iban. Ellos venían con una reserva bastante grande, a veces les quedaban 20 o 30 rollos, y siempre me los regalaban. Si no, el gobierno compraba películas, polacas un tiempo, también checas, alemanas, después había que adaptarse al cambio de película, lo que no era muy agradable.

GM: Se trabajaba con lo que había, con lo que llegara…

LCH: Sí, había que adaptar.

GM: ¿La revista Cuba no les daba un stock de trabajo a los fotógrafos de su staff?

LCH: Sí, pero como yo luché porque los fotógrafos fueran dueños de sus fotografías, del derecho de autor, ellos generalmente preferían “meter” la película para así quedarse con los negativos, como los más jóvenes, Iván Cañas, Figueroa. Y otros fotógrafos más de la vieja escuela, con un género más tradicional, haciendo 4×5, como Nicolás Delgado, trabajaban con material suministrado por la revista, y quedaba en la revista.

GM: ¿Cómo prefería imprimir usted, a todo formato?

LCH: Sí, generalmente lo hacía a todo formato, a veces con el borde negro, otras no.

GM: ¿Era común que los fotógrafos y fotógrafas del momento lo hicieran?

LCH: Así se pensaba más o menos. Era conveniente no empezar a recortar el negativo, perdiendo calidad, pero de vez en cuando había que hacerlo. En la revista yo aconsejaba a todos no recortar, sin embargo, a veces los diseñadores lo recortaban antes de publicar cuando hacían las verticales de una foto horizontal.

LE-VISAGE-DE-LA-REVOLUTION-21a

GM: Le preguntaba por si era un espíritu de época. Se dice que los fotógrafos cubanos aprendieron a ver las fotos hasta su límite, imprimir hasta el extremo, cuando comenzaron a ver los libros que traían Raúl Martínez y usted sobre los clásicos de la fotografía documental, a raíz de esa influencia.

LCH: Sí. Vino también con el pequeño formato. Antes con el formato grande se podía recortar sin problemas. Pero claro, con el negativo chiquito y de mala calidad, de rollos polacos o soviéticos, si empezabas a cortar perdías mucho. Así que lo aconsejable era realmente encuadrar bien, hacer la foto en el momento que uno estaba detrás de la cámara y no en el cuarto oscuro.

Y hoy día igual. Con esas cámaras digitales que cada año tienen más millones de píxeles, puedes después recortar algo, pero siempre pierdes calidad cuando se disminuye la superficie de la imagen.

GM: ¿Qué cubanos entonces siguieron ese estilo?

LCH: Mayito (Mario García Joya) era considerado un poco “loquito”, yo el tipo extraño que venía de afuera, Raúl Martínez no era fotógrafo y había sido expulsado de la universidad, no éramos los más recomendables…

GM: ….para hablar de estilo, documento, realidad, ficción, arte y fotografía, ¿todo eso junto?

LCH: Es que había poca crítica. Yo creo que el más agudo era Edmundo Desnoes y los otros eran… la mujer de Retamar, Adelaida [de Juan]. Era más bien una crítica descriptiva, una descripción de la obra.

GM: ¿No había en general crítica de arte aguda en ese momento?

LCH: Desnoes. Él publicó en la colección Cocuyo, del Instituto del Libro, un texto sobre la visión fotográfica del subdesarrollo, otro sobre ¿Foto-mentira! Era el único.

CUBA-VINTAGES-18a

GM: ¿No había talleres de crítica o debate entre los fotógrafos y fotógrafas?

LCH: No, en la época no era tanto el debate, más bien era la cosa de la unanimidad. Todo era por la misma cuerda.

GM: Pero después del 65 hay cambios. Empieza a bajar el tiempo de multitudes y plazas, y la fotografía ya no es desde una sola mirada. Está ¿Foto-mentira! en 1966, Graziella Pogolotti habla de fotografía como arte en el 64. Aparecen como pequeñas maneras diferentes de apreciar, islas en el contexto. Ella escribió sobre la primera exposición de Mayito, Dos momentos, que se hizo en Galería de La Habana en diciembre del 63. Creo que ahí se habla por primera vez de fotografía como arte. También en el 68 se hace el Congreso Cultural de La Habana…

LCH: Sí, pero la fotografía no era considerada realmente como que formaba parte de la cultura, era subcultura. La cultura era más bien la pintura; no solo en Cuba, en general en el mundo la aceptación de la fotografía como hecho cultural se hace en Estado Unidos, quizás entre los años 40-50, en Europa más tarde.

GM: ¿En Cuba no era considera aún como parte de la cultura artística entonces?

LCH: En la UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba) no había sección de fotografía, eso vino en los siguientes años. Enrique de la Uz estuvo en su presidencia.

GM: Será por ello que en el libro Polémicas culturales de los 60 de Graziella Pogolotti, que he leído buscando respuestas a la época…

LCH: ¿La película del hermano de Cabrera Infante? Porque la primera polémica cultural que hubo fue en el 61 con esa película, que era de cine “de verdad”, tomada en la Rampa, en el malecón, donde se veía la vida nocturna, para nada escandaloso. Algo menos lógico que las fotos que ahora mismo están montadas aquí abajo [una exposición homoerótica masculina en el hall de la Fototeca.

Los afiliados al Partido Comunista salieron en contra de esa película y ahí se formó realmente un gran conflicto.

GM: Sí, PM, que cámara en mano recorría un fragmento de la vida nocturna habanera. Pero le hablo del libro publicado hace pocos años donde se muestra parte de la polémica cultural, los cuestionamientos de la compleja década del 60. Una de las últimas veces que lo leí fui buscando la mirada a lo fotográfico, el lugar de la fotografía, y no se menciona, ni como arte, ni como recurso, ni como parte de ninguna polémica.  Sin embargo debates sobre el cine sí.

LCH: Porque realmente la fotografía no había entrado en el mundo del arte. El cine sí. Alfredo Guevara era defensor de un cine más experimental, incluso de una sexualidad diferente, y claro, la gente más “cuadrada” tenía al ICAIC (Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográficas) y a Alfredo en su visor. Había una polémica clásica sobre el realismo socialista, sobre la libertad de creación, el nivel de abstracción. Un grupo en el cual Raúl y otros pintores eran los integrantes, con líneas del arte abstracto, eran vistos por los defensores de la línea soviética como una desviación pequeñoburguesa.

chessex_coleccion-Fototeca-de-Cuba-(2)

 

Y a ti ¿qué te ha parecido esta I parte de la entrevista?

Aquí puedes leer la II y III parte de la entrevista con Luc

 

Descubre + de Luc

6 fotografías inmersivas realizadas por creadoras/es visuales participantes en el seminario sobre Luc + galería de imágenes
Cubanas por un suizo. La representación femenina en la obra de Luc Chessex
Minibio de Luc

 

© Imágenes: Luc Chessex, Grethel Morell y Circuito Líquido

Cubanas por un suizo

En una ocasión Luc Chessex expresó que no era su intención erigir estereotipos, más bien deshacerlos. En su ensayo fotográfico Cherchez la femme (Busquen a la mujer), ¿los desmonta?, ¿crea otros?

¿Qué caminos propone sobre el retrato femenino que tuvo sus bases en la expo ¿Foto-mentira?

¿De qué manera coexiste en la obra de Chessex la  imagen de la mujer cubana en carteles y fotomontajes al estilo de los años 50 con los anuncios revolucionarios del 60-70?

¿Desde la fotografía, qué diálogos establece con la mujer cubana en los espacios urbanos, rurales; los maniquíes; la visualización de nuevos roles profesionales: mujeres policías, directivas, maestras; ¿qué lo diferencia de sus colegas?

Lee ahora el post inmersivo que ha preparado Grethel con + 18 imágenes, y no olvides dejarle tu comentario 😉

 

Grethel-Morell-150x150Cubanas por un suizo
Proletarias y maniquíes en la obra de Luc Chessex

Por Grethel Morell

 

Es este un acercamiento a la representación femenina en la obra del fotógrafo suizo Luc Chessex (Lausanne, 1936), durante su estancia en la Cuba de los años 60 y primera mitad del 70. Mujeres como centro de atención y objetivo fotográfico colmado de simbolismos y cultura; trabajo que culmina en uno de sus más recientes libros y exhibición: Cherchez la femme (Busquen a la mujer), editado por Musée de l´Elysée, 2014). Titulación tomada de la cinematografía (obra homónima de Raoul André, película sin grandes pretensiones artísticas aunque popular en su momento) y en irónica alusión al incontrovertible machismo insular.

CHERCHEZ-LA-FEMME-2_baja

La premisa de este libro parte de aunar la más amplia visión sobre la mujer cubana prevaleciente, contemplada con el asombro y la conjetura del visitante. La mujer convertida en predilección temática desde el mismo arribo del fotógrafo a la Isla (1961), asumida desde casi todos sus escenarios: en el contexto rural, en la ciudad o como parte del paisaje urbano, en la militancia socialista, en las profesiones y los oficios, en el jolgorio y el carnaval, en la vida nocturna, en la publicidad o en sus vestigios, en la imagen televisiva; en la moda, la calle y las vitrinas de los comercios, en el grafiti, en la gráfica –heredada o de nuevo tipo–, en las advocaciones religiosas, en eventos sociales y políticos. Desde la bracera en las labores agrícolas hasta la chica en la intimidad de una habitación, todo un registro de mundos paralelos y en ocasiones contrastantes.

CHERCHEZ-LA-FEMME-3_baja

El contexto

La mirada hacia la mujer como objetivo fotográfico y ente a retratar en la fotografía cubana de los años 60 era mayormente unísona en sus proyecciones. No obstante, relativa aún era la visualidad deudora de la publicidad de los 50, con énfasis en el estilo agencia publicitaria norteamericana muy al uso en la gráfica cubana de finales de los años republicanos. Tras el cambio político y social avenido en 1959 por el triunfo del Ejército Rebelde, y la consecuente conversión de paradigmas, se subvierten las imágenes imperantes. La mujer, uno de los patrones de belleza (sobre todo blanca) asociada al consumo (consumismo, venta, mercadería) en tiempos precedentes, asumirá nuevos conexos y narraciones.

MUJERES-15_bajaCHERCHEZ-LA-FEMME-16_baja

Al ser un eje en las estrenadas políticas y transformaciones sociales (fundación de la Federación de Mujeres Cubanas, la apertura de posibilidades para las olvidadas, como las iletradas, las marginales, las más pobres, las rurales), la mujer ocupará otro lugar en la edificación de imaginarios. Ese célebre crecimiento de oportunidades, basado en un concepto de nueva sociedad igualitaria, debió encontrar reflejo, acentuado eco, en la iniciada gráfica, la documentalística y la fotografía.

CHERCHEZ-LA-FEMME-24_baja

Una de las transiciones más conservadas por la memoria histórica es la transfiguración de la mujer elegante, aburguesada y bien vestida, en la miliciana también bella y maquillada, que afloraba con todos sus atuendos en marchas y concentraciones populares, como las capturadas por el lente de Alberto Díaz (Korda). Movido por una estética de la contemplación y del patrón de belleza típico, que lo caracterizó durante toda su carrera, este fotógrafo no solo retrataba, más bien captaba a las mujeres en eventos multitudinarios. Sus milicianas devinieron clásicas en nuestra historia, convirtiéndose en el nuevo rostro del sistema social naciente.

CHERCHEZ-LA-FEMME-34_baja

Otro salto en la iconografía oficial de la época fue que comenzaron a aparecer mujeres mestizas y negras en primeros planos y con el respaldo de un discurso emancipador. Ellas dejaron de mostrarse como las relegadas, las subalternas, en labores menores o de bajo perfil. Ya no eran secundadas en imagen por la precariedad o la omisión, ahora figuraban en gráficas y portadas de revistas (según la Dra. Isabel Moya, la revista Mujeres fue la primera publicación en 1961 en incluir una mujer negra en su portada).

Aunque en general, en la producción fotográfica hegemónica, la preminencia continuaba en manos de alegorías a lo blanco (las blancas) y los ideales de belleza estaban pautados por ciertas redundancias. Fenómeno complejo a examinar con pausa porque, como he valorado en otros textos sobre la etapa, el arte y la fotografía en los 60 tuvieron varios momentos, de esplendores y también de ascetismos. Y no toda la creación fotográfica se comportó y se manejó por igual durante esa década. El fotodocumentalismo de los primeros años fue de un modo, el reportaje para la prensa fue de un matiz particular, el ensayo de autor y la fotografía como arte –que ya asomaba entonces con perfil de avanzada– coexistió de otro.

CHERCHEZ-LA-FEMME-26_bajaCHERCHEZ-LA-FEMME-27_baja

Mujeres y feminidades en la obra de Luc

En una ocasión el fotógrafo expresó que no era su intención erigir estereotipos, más bien deshacerlos. Pero en Cherchezcreo rompió algunos, más que para anularlos, para proponer sobre ellos otros. Una construcción retórica, pero efectiva. Una maniobra con los mismos códigos de articulación de la imagen donde la mujer es centro/objetivo, sustituyendo el significante original y puesto a dialogar sobre sí mismo. Donde el metatexto viene a cobrar mayor peso (como en las fotos/ referencias a la publicidad) y el significado portable de la figuración femenina formula nuevos patrones. Axiomáticos o no, con ciertos matices sarcásticos, se diferenciaron de la circunstancia, de la narración visual dominante.

CHERCHEZ-LA-FEMME-20_baja

Sin ingenuidades y tras la voluntad de desmontar el carácter categórico, concluyente, de la fotografía documental, este ensayo propuso en su momento dos caminos. Por un lado, la relectura modélica sobre la aprehensión de la realidad. Una asimilación crítica del valor unitario de la imagen apresada por el lente. Por otro, el doble juego con el concepto y el significado. Una contrarréplica de la fotografía con la fotografía misma, en este caso, con el retrato y el testimonio sobre el retrato femenino. Algo que tuvo sus bases en el suceso ¿Foto-mentira? (Galería de La Habana, 1966), exhibición vanguardista realizada junto al pintor y diseñador Raúl Martínez, y al fotógrafo Mario García Joya (Mayito).

CHERCHEZ-LA-FEMME-14_baja

Las fotografías coloreadas a mano, también llamadas iluminadas, fueron muy populares en la fotografía consumida por cubanas y cubanos durante más de tres décadas. Durante los años 80 todavía los álbumes familiares, los archivos personales, los estudios fotográficos y fotógrafos comerciales presumían de estas imágenes. En parte deudoras de la historia del género, aquella iconografía clásica burguesa del retrato de estudio con precedente en el siglo XIX (ambrotios retocados, cartes de visite coloreadas), democratizada a inicios del XX (tarjetas pintadas). En parte propagadas en estos años ante la ausencia o la imposibilidad de acceso a la fotografía a color (El uso de los rollos a color en la Cuba de entonces era una rareza, luego las fotos resultantes se empalidecían o se les alteraban con prontitud las tonalidades).

CHERCHEZ-LA-FEMME-12_baja

Las imágenes de Luc en los 60 sobre estos retratos pintados, algunos expuestos en ¿Foto-mentira?, se convirtieron no solo en el reflejo de un gusto y un modo en una época, sino también en elementos de reflexión sobre esquemas, fotográficos y sociales: la prevalencia de un gusto habitual, lo kicth, lo cheo, pasando por la caracterización de una cualidad, una forma de asumir, de construir imagen e imitar normas (al estilo revista Vanidades). Como esa imagen de la niña en primer plano casi de espaldas, en blanco y negro, parada frente a una vidriera, con sus manitas juntas, que vuelve su mirada a cámara; mientras en el segundo plano levitan fotos de torsos de mujeres coloreadas, resaltadas en su tintura y concepto de elegancia. O aquellas otras donde los rostros aparecen hipermaquillados (mucho rosa en el rubor, azul en los párpados), con peinados sofisticados y cierto “blanqueamiento”.

niña_vitrina

Mujeres en la publicidad fue otra de las maneras atrevidas que encontró Luc de interactuar con los modelos absolutos. También proyectada (y proscrita) en la memorable exposición del 66, la relación entre el diseño de la propaganda, el texto, la figura femenina y el subtexto, se reinvertirá en sospecha cultural. Detuvo su lente en el lugar que de modo habitual, casi automático, le era dado a esa figuración asociada a ¨producto de consumo¨, como las fotos en vidrieras de escultóricas damas en trusas, anunciando… ¿artistas?, ¿estudios fotográficos para artistas?, ¿estrellas debutantes de la escena santiaguera? (la imagen fue tomada en una tienda de Santiago de Cuba); colocadas junto a fotos adyacentes de hombres en paisajes y  vestidos de etiqueta.

CHERCHEZ-LA-FEMME-6_baja

Inquietante relación con la publicidad esbozó Luc a partir de la toma directa y privilegiada (a todo encuadre) de carteles reales y la creación de fotomontajes. Fotografió carteles de temporadas anteriores (años 50), que convivían en sereno estadío con los nuevos anuncios revolucionarios. Deteriorados o no, los textos y las figuras anunciantes advinieron cuales motivos y resortes: la Juice Fruit (barras de chicle), la Coca-Cola, la Pepsi-Cola, el lumínico del Savoy Bar Club; cercanos al anuncio de la mujer sonriente en la producción agrícola, el “trapiche de Olga Fernández” (venta de guarapo, jugo de caña), y la proclama de estilo socialrealista soviético del Sindicato de la Alimentación convocando a las compañeras a la prueba de escolaridad. Todos ellos portando en común una modelo blanca.

CHERCHEZ-LA-FEMME-8_baja

El fotógrafo subvierte el anuncio al insertarle a través del fotomontaje otra modelo: también sonriente, delgada, hermosa y negra. Como actriz de los shows televisivos, con los brazos extendidos hacia arriba en forma de v, la nueva figurante posa frente a la Juice Fruit, a la vez que asoma de la ventilla de un auto que “flota” en plano superior, entre la pared y el cartel americano. O el objetivo fotográfico reinventado en la imagen de los cigarrillos: la misma chica negra en primer plano con espejuelos oscuros, cigarro en boca y hombro inclinado en actitud coqueta; detrás, igual imagen de portada en una revista para hombres (Esquvre, The magazine for men), sobre el cartel originario y desecho de una mujer blanca que fuma. En los trazos de la gráfica, conservado nítido y en línea con las posiciones de la modelo incorporada, se lee la frase “de verdad”. Explícito eufemismo sobre chica que aspira a estrella de revista… masculina.

CHERCHEZ-LA-FEMME-9_baja

El tema racial ocupa un volumen estimable de la obra, y de modo desenfadado, sin contradicciones, se le reconoce la legendaria mirada del europeo ante la negritud y el mestizaje del “nuevo continente”. Creo no hay patrón más sostenido por los siglos y la realidad que este. Aunque a la Academia y los estudios culturales les parezca un triste cliché.

cherchez-criolla_baja

MUJERES-6_baja

La problemática racial se extiende hacia otros arquetipos: los maniquíes y el objeto de deseo. Los primeros, históricamente vistos como estándares de moda, representación idealizada del cuerpo femenino, son urdidos por Luc desde otro ángulo. Son puestos a dialogar desde una postura antropológica e historicista: maniquíes, todos blancos, siendo observados por mujeres negras y mestizas, en una etapa de consolidación de principios, entre el pasado capitalista y el quimérico futuro. Con fotografías alejadas de la pose, se registran y contrastan expresiones. Como las señoras que miran la modelo vestida de novia, en una noche habanera del 67, situadas entre un carro americano y una vitrina resplandeciente, con iluminación simbólica desde arriba. O aquella sorprendida en el caminar, de espaldas y advirtiendo al elegante maniquí, en un ademán fluido entre reto y asombro.

CHERCHEZ-LA-FEMME-5_baja

Con los años fueron apareciendo maniquíes de colores (como los rojos en las tiendas deportivas, o la estandarización de los dorados), incluso los negros, aunque con facciones estilizadas. Al parecer en los 60 los dictámenes eran medidos por los blancos.

CHERCHEZ-LA-FEMME-25_baja

CHERCHEZ-LA-FEMME-21_baja

Otras apreciaciones de la realidad encuentran cauce en los roles profesionales y los oficios, tanto en la mujer citadina como en la rural. Afloran las dirigentes, la mujer policía, las maestras, las cabareteras, las jovencísimas trabajadoras de la agricultura. Sin embargo, a diferencia de otros fotógrafos, el trato con las proletarias será múltiple. En esa franja de la obra de Luc no abunda el retrato de una entre muchas, o de una isla en un mar de concurrencias. Es la mujer cotidiana, que permanece en el espacio laboral como “ajena” al emplazamiento del lente. O aquella que desanda los espacios urbanos con una niña de la mano, muchas veces cabizbaja, pasando frente a vallas y carteles; tomada siempre en diálogo con el segundo plano y los signos escriturales contenidos en él. Una propuesta de lectura cruzada entre los planos, las figuraciones femeninas y los significantes muy propia de la fotografía documental legada por el suizo.

 

Disfrutarás leyendo también:
Cuba a todo formato. I, II y III. Entrevista al fotográfo suizo Luc Chessex

¡No te pierdas nada de Grethel Morell!
Lee Fotografía Líquida, un espacio dedicado a la fotografía cubana contemporánea

 

© Imágenes: Luc Chessex, Grethel Morell

Entradas más antiguas «